Sobre El nombre de la rosa y el milagro de ir al cine

El nombre de la rosa es la primera novela escrita por Umberto Eco y creo que su lectura es obligada para todos los amante de la literatura. Los bibliotecarios deberíamos tener presente al personaje Jorge de Burgos, un bibliotecario ciego, inflexible, contrario a la risa, censor y convencido que los libros son "un mal" para custodiarlos y no para leer. Por supuesto el personaje no es el modelo de calidad a seguir ya que está muy lejos de la excelencia.

La novela que está perfectamente estructurada une filosofía, historia y genero policíaco, así que no es extraño que consiguiera tanta fama. La realidad es que engancha desde que comienza hasta que finaliza con la frase "Stat rosa pristina nomine, nomina nuda tenemus" “De la rosa nos queda únicamente el nombre”.

Yo leí el libro en el 1985, cinco años después de que fuera escrita, estando de veraneo en una casa que tenía mi madre lindando con la playa. Al tiempo me prestaron la "Apostillas al Nombre de la rosa" donde el autor cuenta como y por qué escribió este libro y también como resolvió los problema técnicos que encontró.

En 32 años he logrado llevar a mi marido al cine en 7 ocasiones, prefiere ver las películas en el sofá y con un buen cervezón. Una de las veces que lo conseguí fué para ir al Atlántida donde ponian la cinta que en 1986 Jean Jackes Annaud dirigió basandose en la novela. Pienso que debido a la profundidad de la obra la adaptación supuso un reto del que el director salió muy bien parado.

La película no no se ajusta exactamente al libro pero en este caso lo considero un acierto, ya que las disertaciones sobre la religión la hubieran hecha muy lentas y sin embargo consigue reflejar esa atmósfera oscura de la Edad Media. La caracterización de los personajes y del Monasterio son impresionantes y quiero destacar la interpretación de Sean Connery como William de Baskerville que nos hizo recuperar al gran actor que regresó del olvido.